GI-ESCR co-organizó un debate donde Chile y Colombia presentaron sus reformas fiscales y llamaron a fomentar la cooperación fiscal en América Latina

Chile y Colombia llamaron a fomentar la cooperación fiscal en América Latina

Los países latinoamericanos y otros de la región se enfrentan a crisis superpuestas. La pandemia, la guerra en Ucrania y el colapso climático han dejado al mundo en el umbral de la recesión, con un aumento de la pobreza y la desigualdad, una crisis del coste de la vida y altos niveles de deuda. En este contexto, países como Chile y Colombia están proponiendo reformas fiscales progresivas, incluyendo nuevos impuestos sobre la riqueza, que tienen el potencial de generar recursos fiscales adicionales y reducir las desigualdades. Es importante destacar que ambos países también están llamando a aumentar la cooperación e integración fiscal en la región.

Estas reformas se debatieron ayer en Washington DC durante el panel de alto nivel "Vientos de cambio: el futuro de las reformas fiscales en América Latina", en el marco de las Reuniones Anuales del Banco Mundial y el FMI. Los panelistas fueron el ministro de Hacienda de Colombia, José Antonio Ocampo, la subsecretaria de Hacienda de Chile, Claudia Sanhueza, el premio Nobel y copresidente del ICRICT, Joseph Stiglitz, la directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher, y el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Ilan Goldfajn. Patricia Arce, de la agencia de noticias EFE moderó el debate.

Todos los panelistas coincidieron en el sentido de urgencia y en la necesidad de implementar soluciones para proteger a los más vulnerables, y mitigar los impactos de la inflación a través de reformas tributarias progresivas, como las propuestas por Chile y Colombia. Si no se actúa luego, según los panelistas, se corre el riesgo de contribuir a una mayor desigualdad y malestar social.

Tanto el Ministro de Hacienda de Colombia, José Antonio Ocampo, como la Subsecretaria de Hacienda de Chile, Claudia Sanhueza, defendieron la necesidad de obtener ingresos adicionales para garantizar la sostenibilidad fiscal, concretamente gravando a los más ricos. Para ambos, cerrar las lagunas del impuesto de sociedades y hacer frente a la evasión fiscal sigue siendo una gran prioridad y, a corto plazo, capturar los superbeneficios de la minería y las industrias extractivas.

El copresidente del ICRICT, Joseph Stiglitz, y la directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher, afirmaron que ha llegado el momento de aplicar ambiciosos impuestos sobre los beneficios extraordinarios en todos los sectores. Estos impuestos son fáciles de aplicar y pueden generar ingresos rápidamente para ayudar a mitigar los impactos de la inflación. El profesor Stiglitz subrayó que la reforma fiscal global de la OCDE/G20, que incluye un tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades, es un paso en la dirección correcta, pero no alcanza el nivel de ambición e impacto que piden los países en desarrollo. Está claro que no es suficiente para detener la competencia fiscal y el traslado de beneficios a los paraísos fiscales;  ICRICT aboga por un tipo del 25%. El Ministro Ocampo está de acuerdo en que la OCDE y el G20 deben mantener abiertas las negociaciones para alcanzar un acuerdo más justo.

El Ministro de Hacienda de Colombia, José Antonio Ocampo, dijo:

"Nuestra reforma tributaria en Colombia es una respuesta a la enorme desigualdad que sufre nuestro país, y a las demandas sociales que se reflejaron en la protesta popular del año pasado y en las elecciones presidenciales de este año. Por ello, debemos ir en tres direcciones: primero, introducir un impuesto a la riqueza y eliminar los beneficios tributarios para las personas de altos ingresos. En segundo lugar, introducir impuestos sobre el petróleo y el carbón: siempre que tuvimos un boom del café en el pasado, el sector contribuyó, ahora es el momento de que el sector extractivo haga lo mismo. Y por último, hay que luchar contra la evasión fiscal, que sigue siendo demasiado alta en Colombia".

"Para Colombia, el acuerdo de la OCDE sobre la tributación de las empresas y un impuesto mínimo es insuficiente y complica aún más el sistema. Nos gustaría impulsar un mejor acuerdo para América Latina con el apoyo de Chile que pueda mejorar las cosas".

 Por su parte, la subsecretaria chilena de Hacienda, Claudia Sanhueza, afirmó que:

"Siempre es un reto hacer que el sistema de impuestos sea mejor y más justo. Siempre es un desafío hacer un acuerdo que cambie el statu quo, pero debemos hacerlo. La posibilidad de coordinación regional está ahí, y es ahora".

 "Necesitamos un crecimiento inclusivo, menos desigualdad, y eso no es gratis. Por eso necesitamos reformas fiscales. Necesitamos coordinación y cooperación. Debemos dejar de competir entre los países de la región y dejar de ofrecer incentivos fiscales a las empresas. No hay ningún ganador en esto".

El premio Nobel y copresidente del ICRICT, Joseph Stiglitz, dijo:

 "Quiero decir que tanto Colombia como Chile están avanzando en la dirección correcta con reformas fiscales muy importantes. Para los mercados emergentes, especialmente en la actual situación internacional, es difícil pedir préstamos, y necesitan más espacio fiscal, y la única manera es una fiscalidad más progresiva: significa introducir el impuesto sobre el patrimonio, asegurarse de que las multinacionales paguen impuestos y aplicar impuestos sobre los beneficios inesperados".

La evasión, elusión y las prácticas fiscales abusivas por parte de las grandes corporaciones en América Latina privan a los Estados de valiosos recursos para invertir en servicios públicos, enfrentar la crisis climática y disminuir las desigualdades. Desde GI-ESCR hemos estado trabajando con socios en la región y a nivel global para que América Latina actué de manera integrada y coordinada en estas materias, y creemos que Chile y Colombia pueden jugar un rol de liderazgo clave. Ambos países están comprometidos con reformas progresivas a nivel nacional. Ahora toca dar el paso hacia la concertación regional.
— GI-ESCR