Significativa victoria de las mujeres de comunidad indígena mexicana sobre una empresa transnacional que vulneraba sus derechos

El pasado viernes 3 de junio, las autoridades mexicanas cancelaron el contrato de suministro eléctrico del proyecto a gran escala de energía eólica Gunaa Sicarú que la empresa transnacional Electricité de France (EDF) planeaba construir en territorio indígena zapoteca. Desde hace años la comunidad de Unión Hidalgo en Oaxaca, México hacía pública la vulneración de los derechos de la comunidad, los cuales impactaban de manera diferenciada a mujeres y niñas.

El territorio zapoteca del Istmo de Tehuantepec es una de las zonas más propicias para el desarrollo de energía eólica en el mundo debido a sus condiciones geográficas y ha sido uno de los sitios de mayor atracción de inversión extranjera para el desarrollo de megaproyectos eólicos en la región de América Latina. Sin embargo, el denominado corredor eólico del Istmo de Tehuantepec desde hace décadas se desarrolla a costa de los derechos de las comunidades indígenas y la población local que vive en condiciones estructurales de pobreza y con acceso limitado a servicios públicos.  

Los megaproyectos de energía instalados en la región tienden a socializar los impactos sociales y ambientales sin asegurar que los beneficios económicos y de generación de energía se compartan con las comunidades locales. Además, los proyectos han erosionado el tejido social y hecho de la labor de defensa de las tierras y territorios sea una actividad peligrosa, sobre todo para las mujeres indígenas que han encauzado y liderado la lucha contra los proyectos extractivos.   

A pesar de la importancia para todo el globo, de que se siga avanzando a transición energética verde, el desarrollo de este megaproyecto eólico en particular, que era uno de proyectos de mayor envergadura que se planeaba construir en la región de América Latina, hubiera implicado la profundización de las condiciones de marginación y violencia que particularmente afectan a las mujeres y niñas indígenas zapotecas de la región. 

La Iniciativa Global de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (GI-ESCR, por sus siglas en inglés) tuvo el privilegio de colaborar con ProDESC, la organización local en México que lidera la estrategia de litigio e incidencia en defensa de la comunidad de Unión Hidalgo. Junto con ProDESC, trabajamos en la identificación de los impactos acumulados y diferenciados de género del proyecto eólico Gunaa Sicarú. Dicha información fue remitida a los Procedimientos Especiales de derechos humanos de las Naciones Unidas. Como resultado de esta estrategia, , el Relator Especial sobre pobreza extrema y derechos humanos, el Relator Especial sobre el derecho al desarrollo, la Relatora sobre la situación de los defensores de derechos humanos y el Relator sobre los derechos de los pueblos indígenas enviaron cartas de alegación al Gobierno de México y de Francia, así como a la empresa EDF. En dichas cartas se alertó sobre la situación de vulneración de derechos y solicitaron información adicional sobre los impactos de derechos humanos del proyecto. Asimismo, los Relatores hicieron un llamado particular  a que las autoridades e instituciones responsables de supervisar y llevar a cabo el proyecto Gunaa Sicarú tomaran medidas para evitar que el proyecto continuara con la vulneración de los derechos humanos de las mujeres indígenas representadas y su comunidad. 

El caso de Unión Hidalgo es paradigmático toda vez que refleja los problemas estructurales que comúnmente están presentes en los procesos de transición energética.  Es indispensable avanzar hacia energías renovables poniendo en el centro del debate a las poblaciones y comunidades marginadas y tomando en cuenta las perspectivas, voces y experiencias de las mujeres y niñas para lograr una rápida y efectiva transición justa y con perspectiva de género. De lo contrario, la transición energética se ve retrasada por los conflictos sociales y la desconfianza que genera al interior de las comunidades y no ayuda a transitar hacia sociedades más justas y sostenibles que permitan a las generaciones presentes y futuras ejercer sus derechos fundamentales.  

A futuro sería conveniente que todo proceso de consulta asegure la participación de las mujeres teniendo en cuenta los obstáculos específicos que enfrentan, tales como las cargas de trabajo doméstico y de cuidados -que frecuentemente impiden su participación-, y que se garantice que sus voces sean tomadas en cuenta en la toma de decisiones. Lo anterior es fundamental para evitar que el desarrollo de proyectos energéticos exacerbe las brechas de género en el acceso a recursos naturales, tierras y territorios, elementos esenciales para sostener su calidad de vida y la de sus familias, así como para proteger sus derechos económicos, sociales y culturales. 

En la medida que celebramos la significativa victoria de las mujeres de la comunidad indígena mexicana sobre una empresa trasnacional que vulneraba sus derechos, consideramos que uno de los aprendizajes que este caso nos debe dejar, es que los proyectos de energías renovables desde su diseño deben respetar los derechos de las mujeres indígenas. Desde la GI-ESCR exhortamos al gobierno mexicano a demostrar su compromiso por los derechos humanos de las comunidades indígenas, tomando medidas concretas a favor de la transición energética verde y sostenible que respete los derechos de las comunidades. Como alternativa no puede reforzarse una política energética mayormente dependiente de combustibles fósiles. Es indispensable robustecer la política climática y cumplir con las metas de desarrollo de energía renovable para avanzar con urgencia en la descarbonización del sistema energético nacional. Es un quehacer urgente repensar el paradigma energético para impulsar una transición energética feminista con perspectiva de derechos humanos que evite replicar las políticas extractivas presentes en las industrias de combustibles fósiles al tiempo que asegure el combate efectivo a la emergencia climática con base en las perspectivas y las necesidades de las poblaciones históricamente marginadas.  

  • Conoce el informe que se remitió a las Relatorías Especiales sobre los impactos diferenciados de género del proyecto eólico Gunaa Sicarú haciendo click aquí (informe solo disponible en inglés). 

  • También puedes consultar el texto de las tres cartas de alegación emitidas por las Relatorías Especiales de derechos humanos y enviadas a los gobiernos de México, Francia y a la empresa EDF