20 mil toneladas de desechos tóxicos en Arica: el crimen ambiental del que Suecia ni Chile se hace cargo | Lee el artículo de opinión de Marco Orellanas y la entrevista

Este 31 de mayo, Marcos Orellanas, Relator Especial sobre tóxicos y derechos humanos y miembro del Consejo del GI-ESCR firmó un artículo de opinión sobre el caso de una comunidad de Arica, en el norte de Chile, afectada por el depósito de residuos tóxicos exportados por Suecia en los años 80, que demuestra que el reconocimiento del derecho a vivir en un medio ambiente sano no es garantía suficiente para evitar que sucedan estas tragedias. El actual proceso constituyente en Chile es una oportunidad para abordar el tema y asegurar que este caso no vuelva a ocurrir.

El caso de los habitantes contaminados de Arica ha llegado a las Naciones Unidas. El Relator Especial sobre Sustancias y Residuos Peligrosos dice en esta entrevista que este caso se explica por "extrema negligencia o quizás corrupción". También señala que la tragedia sufrida por las víctimas pone en cuestión lo que recoge la actual Constitución en materia medioambiental: "Aquí la Convención Constitucional chilena tiene un gran desafío y una oportunidad", dice.

Esta es una historia que viene de lejos. En los años 80, el gobierno chileno autorizó a la empresa Promel a traer desde Suecia a Arica más de 20.000 toneladas de residuos tóxicos, que fueron abandonados en un terreno que entonces no tenía uso residencial. Los residuos eran supuestamente inocuos, pero en realidad contenían grandes cantidades de plomo y arsénico. En los años 90, las autoridades permitieron que se construyeran ciudades cerca del material vertido. ¿El resultado? Casi 12.000 personas han estado expuestas a la contaminación de estos residuos.

Marcos Orellanas escribió un artículo de opinión y concedió una entrevista, publicados en dos de los medios de comunicación más destacados de Chile: